El ego espiritual
No digas, "yo medito tres y cuatro horas", "tengo esta o aquella experiencia"... Guarda silencio. No hace falta hablar.
Simplemente sé quien eres, que tu actitud, tus palabras y tus acciones muestren eso que experimentas. No hace falta tanta palabra que al final, no es más que palabrerío sin fundamento ni consistencia.
Sin darte cuenta el ego espiritual aparece y lo inunda todo. Hablar de si has tenido una experiencia determinada, si has visto o escuchado o sentido algo, querer dar la impresión de que eres algo así como un "elegido", no tiene sentido.
Al final, la experiencia espiritual (la iluminación de la que tanto se habla) es justamente eso, experiencia. Y la única forma que tiene de evidenciarse es justamente dejándola ser. Siendo la espiritualidad que eres; siendo el ser que eres.
De esto no hace falta hablar pues se muestra por si solo. Hay cosas que no necesitan presentación, ni heraldos que las anuncien, ni anuncios en redes que lo visibilicen. La Verdad es. La Verdad se ve. Todo lo demás, sigue siendo ego. De hecho, cuando el ser Es, todo lo demás se desvanece y tu personalidad se purifica disolviendo esa necesidad de mostrarse en cada momento.
Cuando la cara de la mente se purifica, el rostro de Dios (del Ser) aparece.
Paloma,
15 de Junio 2024.